Museo municipal de Bellas Artes de Tenerife | 09/11/2017 - 09/02/2018
La cuarta pared responde al deseo de explorar la dimensión física del objeto fotográfico y hallar algunas respuestas respecto de esa trama sociológica que conforman las fotografías familiares. ¿Cómo median estas fotografías en nuestras relaciones? ¿De qué manera intervienen en nuestros vínculos, en nuestra comprensión de los lazos familiares? La cuarta pared es un trabajo sobre los afectos y los mecanismos que caracterizan la subjetividad inherente a nuestra percepción de las imágenes, invitando al espectador a un viaje al centro de la fotografía.
Atendiendo a la mediación operada por la cámara, el proceso ha consistido en penetrar en la copia fotográfica, sumergirse en ella atendiendo a los puntos ciegos del encuadre para explorar, desde ahí, la apertura a espacios de reflexión que atañen tanto al ámbito familiar –en sentido gestáltico y relacional– como a las múltiples temporalidades de la imagen. En consecuencia, la reflexión que plantea La cuarta pared rebasa el contexto familiar y apunta a otra forma de comprensión del acontecimiento fotográfico que vas allá del momento de la toma por parte del fotógrafo.
Fotografiar colocando la cámara “dentro” de las imágenes responde a la necesidad de alterar la jerarquía establecida respecto de lo que se supone que otorga el sentido, y plantea la posibilidad de atender a aquello que habita en los intersticios de lo visible y que suele escapar a nuestra atención. Afinar nuestra mirada para captar la información aparentemente secundaria que reproduce una fotografía, aquello que está en los márgenes del referente, diluye, en definitiva, la barrera que nos mantiene como espectadores externos y nos absorbe a sus interioridades.
Desde ese nuevo espacio en los márgenes de la fotografía, cada cual podrá recorrer los caminos que intuya y revisitar a la vez sus propias imágenes desde otra perspectiva, con otra cercanía.
Diego Ballestrasse